En la Red Social Twitter circula el hashtag "#deletefacebook", que fue retomado, entre
otros, por el cofundador de Whatsapp Brian Acton, quien vendió el
servicio de mensajería por unos 22.000 millones de dólares a Facebook.
Facebook,
ya ha sido varias veces objeto de crítica por parte de las agencias de
protección de datos políticos aunque siempre lograba recuperarse.
Pero ahora un escándalo en torno a la empresa de análisis de datos
durante la campaña electoral de Donald Trump ha sumido a la red social
en su crisis más profunda. Cambridge Analytica accedió de manera ilegal a
los datos de cerca de 50 millones de usuarios de Facebook.
Facebook
se considera una víctima del engaño, pero la compañía tecnológica más
grande del mundo tiene muchos frentes abiertos. Políticos de ambos lados
del Atlántico apuestan por endurecer la regulación. Los
inversionistas se deshacen de las acciones de Facebook. En Twitter circula
el hashtag "#deletefacebook" (borra Facebook), que fue retomado, por el cofundador de Whatsapp Brian Acton, quien vendió el
servicio de mensajería por unos 22.000 millones de dólares (17.850
millones de euros) a Facebook y hasta hace poco también era empleado de
la empresa.
Todo ello son señales de que la opinión pública está
unánimemente contra Facebook como seguramente nunca antes lo estuvo. La
socióloga Zeynep Tufekci escribe en The New York Times sobre la
"máquina de vigilancia de Facebook". El exinversor de Facebook, Roger
McNamee, alerta sobre el hecho de que si la compañía no reacciona, los
usuarios le darán la espalda. Y esto es algo que podría "amenazar de
manera permanente" a la plataforma. El profesor de la escuela de
negocios Wharton Michael Useem cree que es un "momento catastrófico"
para la compañía.
El miércoles, en sus primeras
declaraciones después de que se conociera el escándalo, el fundador y
jefe ejecutivo de Facebook Mark Zuckerberg admitió que la gigantesca red
social que dirige "cometió errores" y se vio involucrada en un "abuso
de confianza".
Todo este suceso se puede resumir de la siguiente manera. La empresa
Cambridge Analytica, que trabajaba, entre otros, para Trump, realizó una
búsqueda de datos de usuarios para llevar a cabo acciones de publicidad
electoral segmentada, de acuerdo con el hecho de que diferentes grupos
de personalidades pueden ser influenciados de manera distinta. ¿Pero
cómo se accede a estos datos si Facebook no los vende? Dejando que los
propios usuarios proporcionen esta información. Así, el profesor
británico Aleksandr Kogan puso en funcionamiento una app de Facebook de
predicción de personalidad con una encuesta que prometía ofrecer a los
usuarios un perfil psicológico. Unos 270.000 personas se descargaron la
encuesta, según datos de Facebook.
Lo que no sabían era que sus
datos iban a parar directamente a Cambridge Analytica para la creación
de perfiles psicológicos, junto con informaciones de los perfiles de sus
amigos de Facebook, como por ejemplo "likes" e intereses. Todo ello sin
el conocimiento de los usuarios. Facebook ya había restringido en 2015
este acceso a la interfaz de los perfiles de amigos. Cuando el mismo año
la compañía se enteró a través de la prensa de la actuación de los
analistas de datos, pidió a los usuarios que borraran las informaciones.
La cosa parecía estar controlada.
En sus declaraciones del miércoles Mark Zuckerberg manifestó: "Este fue un
abuso de confianza entre Kogan, Cambridge Analytica y Facebook. Pero
también fue un abuso de confianza entre Facebook y la gente que comparte
sus datos con nosotros y espera que los protejamos. Debemos
arreglarlo", añadió.
En una declaración colocada en su página de
Facebook, Zuckerberg delineó planes para, entre otras cosas, auditar
apps sospechosas e introducir una herramienta para que los usuarios vean
cuáles apps tienen acceso a sus datos y revocarles fácilmente el
permiso.
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